Plan financiero para startups: guía paso a paso
Aprende a crear un plan financiero realista para tu startup y tomar decisiones con datos, no suposiciones. Consejos prácticos para crecer sin perder control

Por qué tu startup necesita un plan financiero (aunque odies los números)
¿Te suena familiar? Tienes una idea increíble, estás súper emocionado, y ya te imaginas cambiando el mundo. Pero cuando alguien te pregunta "¿y los números cómo van?", no sabes que responder.
Tranquilo, no eres el único. He visto muchos emprendedores brillantes que pensaban que la pasión era suficiente. Spoiler alert: no lo es.
La dura realidad es que sin un plan financiero sólido, tu startup tiene las mismas probabilidades de sobrevivir que un helado en el desierto. Y no, no estoy siendo dramático.
Paso 1: Primero lo primero - ¿Qué estás vendiendo?
Antes de ponerte a jugar con Excel (o Google Sheets, no juzgo), necesitas tener súper claro:
Qué vendes exactamente (y no, "innovación" no cuenta como respuesta)
Quién te va a comprar (y "todo el mundo" tampoco es válido)
Cómo vas a ganar plata de verdad
Esto incluye tu propuesta de valor, a qué tipo de clientes apuntas, por dónde vas a vender, y cuánto te cuesta hacer lo que haces.
💡 Consejo de la vida real: Deja de mirar lo que hacen otras empresas y copiar sus números. Tu negocio es único, tu mercado es diferente, y tus costos no son los mismos. Hazlo a tu manera.
Paso 2: Proyecciones que no vivan en un mundo de fantasía
Ahora viene la parte donde muchos emprendedores se vuelven súper optimistas. "Vamos a vender 1000 unidades el primer mes" dicen, sin haber vendido ni una.
Sé realista. Mejor incluso, sé pesimista. Calcula para los próximos 12 meses:
Cuánto cobras por tu producto o servicio
Cuántas unidades crees que puedes vender cada mes (de verdad, no en tus sueños)
Si tu negocio tiene temporadas buenas y malas
El "optimismo de Excel" ha matado más startups que la falta de capital. No seas parte de esa estadística.
Paso 3: La realidad de los gastos (que siempre son más de lo que piensas)
Aquí es donde duele. Todos los gastos, absolutamente todos:
Los que no se mueven (Gasto Fijo):
Arriendo de oficina (o coworking)
Sueldos del equipo
Internet, luz, agua, teléfono
Los que cambian según vendes (Gasto Variable):
Materias primas
Comisiones de venta
Publicidad y marketing
La inversión inicial que se te olvidó:
Computadores y equipos
Software y licencias
Ese logo que te costó más de lo que esperabas
💡 Consejo de la vida real: Separa lo que gastas siempre de lo que gastas solo cuando vendes (Gasto Fijo y Variable). Cuando las cosas se pongan feas (y se van a poner), vas a agradecer tener esa claridad.
Paso 4: El flujo de caja - Tu nuevo mejor amigo
Si hay algo que debes entender perfectamente, es esto: puedes tener utilidades en el papel y estar quebrado en la realidad. El flujo de caja te dice la verdad.
Cada mes anota:
Lo que entra: ventas, inversiones, préstamos
Lo que sale: todos tus gastos, pagos de deudas
Lo que queda: para no dormir preocupado
El truco está en ver los meses donde vas a estar en rojo antes de que lleguen. Así puedes hacer algo al respecto.
Paso 5: Prepárate para lo mejor, lo normal y lo peor
Un solo escenario es una receta para el desastre. Haz tres:
El optimista: Todo sale mejor de lo esperado (pero no te emociones mucho)
El realista: Lo más probable que pase
El pesimista: Cuando todo se va al diablo
Y lo más importante: para cada escenario, define exactamente qué vas a hacer. No improvises cuando estés bajo presión.
Paso 6: Los números que realmente importan
Olvídate de métricas fancy que nadie entiende. Enfócate en estas:
Punto de equilibrio: Cuánto necesitas vender para no perder plata
Margen bruto: Cuánto te queda después de los costos directos
CAC: Cuánto te cuesta conseguir un cliente nuevo
Runway: Cuántos meses puedes vivir con la plata que tienes
La verdad incómoda sobre los planes financieros
Mira, voy a ser directo contigo: un plan financiero no es una bola de cristal. No te va a predecir el futuro ni te va a salvar de todos los problemas.
Pero sí te va a dar algo súper valioso: claridad.
Vas a saber exactamente dónde estás parado, qué necesitas para crecer, y cuándo debes preocuparte. Y cuando llegues donde los inversionistas (porque eventualmente vas a llegar), no vas a parecer un amateur que improvisa.
¿Y ahora qué?
Si llegaste hasta acá y estás pensando "ok, suena bien, pero no tengo ni idea de cómo empezar", no te preocupes. Es normal.
Un plan financiero bien hecho no es solo un documento bonito para impresionar. Es la herramienta que te va a ayudar a tomar decisiones inteligentes cuando todo se ponga complicado.
¿Necesitas ayuda para armar el tuyo? Hablemos. En Zerda Finance trabajamos con emprendedores como tú para que los números dejen de ser un misterio y se conviertan en tu ventaja competitiva.